lunes, 30 de noviembre de 2009

EL INFIERNADO

Recuerdo el verano del año pasado, cuando con mucha ansiedad y a la vez miedo, partí esa esperada etapa de la carrera, cuando había que demostrar cuánto había aprendido durante los 5 primeros años, de pasar poco a poco de ser “el alumno” a “el interno” y finalmente “el doctor”… El internado, dos largos años que prometían ser intensos y a la vez inolvidables.

Desde cabeza y cuello en el HEP, colándome a cuanta tiroidectomía encontraba y mostrando mi degeneración endocrinológica dondequiera que iba; imposible olvidar a Nélida y a Luz, las dos pacientes grandes quemadas en el incendio del Cerro La Cruz, que perdieron todos sus bienes materiales y tenían inmensas quemaduras que tuvieron que ir injertando poco a poco, cirugías en las cuales participé, y por supuesto su sacrificada y dolorosa recuperación. En verdad que me gustaría verlas ahora y saber cómo están. Ahí encontré demasiado linda la cirugía y hasta una opción para la vida… pero seguí avanzando en las 23 semanas… anestesia, vascular… qué manera de tener trabajo ahí, cuando moría por ajustarle las insulinas a los pacientitos (aunque ahí no tenía la cancha para hacerlo, pero pucha que tenía ganas… y las enfermeras me odiaban porque pedía HGT 7 – 10 – 15 – 22 :S), y viendo cómo la diabetes descompensada llevaba a las amputaciones… ouch… y entre medio las termas de traumato, donde tuve a Víctor de partner… fue muy seco eso, la pasamos re bien, especialmente en traumato infantil!!! Fue entretenidísima esa semana. Ahí imposible olvidar a Luciana… nuestra paciente estrella, que tuvo que soportar como 3 meses sus botitas con yugo!... ojalá esté bien. De ahí la ida al hospital de Quilpué… que igual era megasacrificada, levantándome como a las 5:30 para llegar a las 7:30 allá, donde conocí a mucha gente piola… a unos pacientitos luchadores, aperrados, a pesar de su cáncer de colon terminal seguían tirando pa’delante… lo que me lleva a recordar a Don Mario Aros, donde quiera que esté.

Y de ahí vuelta al HEP… a gastro y a tórax, donde me di cuenta que yo no servía para lo quirúrgico (a pesar de que igual me gustaban las cirugías sangrientas), porque no soportaba ir a “separar” sin tener la pega de sala lista, por lo que llegaba a las 7 de la mañana a hacer todo: evolucionar, recetas e indicaciones… y me cargaban las cole lap… porque me retaban porque me costaba el camareo… hasta que le agarré la onda a la tonterita, de hecho después cuando llegué al Fricke, me tenían de camarógrafa en el turno! Jaja! Tanto reto parece que sirvió… y bueno… imposible no mencionar a Coco (tranquilo Coco!) como partner de internado y a Leo con Beltrán, que tenían a todo el grupo pendiente del resultado de Everton en el torneo de futbol. Y mi trabajo de internado, con Sole, Lore y la Dra. Vent… bieeeen… pura tiroides… recuerdo lo bien que se sintió esa presentación… 0 nervios, 0 trabas… fluyendo.

Mención aparte merece el turno 3 del HCVB… pucha que era weno ese turno!!!! Jajajaaja haciéndole el quite a las cirugías después de las 10 de la noche, y agarrando cuanto ingreso internístico – endocrinológico encontraba… no, pero en verdad la mejor posta es la del HCVB con el box 7 incluido =D, con el pie de limón y el café con leche incluidos.

Y llegó Medicina Interna en el Fricke… el internado que más esperé… por el que más luché… y que lo valió con todo… fue una excelente experiencia… en verdad al principio partí un poco lento, pero después de infecto como que empecé a agarrar vuelo… recordando el caso de don Eliseo… que partió con una neumonia, que después tenía una IC… pero habrá sido neo??? Fue mi caso del internado… ojalá que esté bien. De ahí otras pasadas muy wenas… hemato, en la que casi ni vi al Dr. Merino, porque se había ido de viaje, pero la Dra. Toro, maestra total… recordando esas dos semanas del terror con Mauricio (QEPD) y Fabricio, ambos con leucemia y con neutropenias febriles… y yo interna sola… pero SOLA… pasando por hémato… ese sí que fue dolor de guata, llamando a cada rato a la Dra. Toro para más instrucciones. Y de ahí neuro, con la Dra. Verdugo y el Dr. Rosas… un amor!!! Demasiado wena esa pasada!!! Ahí recordando un par de casos… aprendiendo Guillain Barré de libro, con una abuelita que tuvimos!!!!! Posteriormente en cardio… que igual yo venía así como con miedo, porque es lo que menos se me da… fue una pasada cansadora, llegando todos los días a las 6:45… yéndome tarde (para no tener sorpresas ni ingresos pendientes al día siguiente), pero en verdad, todos en ese servicio muy buena onda… y los docentes siempre dispuestos a enseñar…

Mención aparte merece endocrino… la mejor pasada de la vida por lejos!!!! Con la Dra. Novik, la Dra. Díaz y la Dra. Baez… que pucha que me enseñaron!! Aprendí mucho de ellas, y amé el poli de ajuste de insulinas, era tan entrete y además tuve la suerte de que mi “semana extra” fue endocrina… todo perfecto!
Cómo olvidar el trabajo de internado, con Ely y la Dra. Díaz… excelente… con harto sacrificio, pero que tuvo su recompensa… siendo publicado en el Boletín del Fricke y presentado en Sorrento…

Y se vino la elección de internados de séptimo… donde vino el cambio de todo lo que siempre había planeado. Tenía amistades nuevas… así que me fui con camas y petacas al Fricke.

Pero no todo en la vida es felicidad… al menos he comprendido que no todo puede ser perfecto –porque sino jamás valoraríamos lo que tenemos- partí enero de este año en Gine… que no fue la experiencia más linda del mundo… con mis Partners de pasada… Manu y Ramón, que igual se dio una química bien especial entre los tres… ahí pasando por ARO, con el Dr. Leighton, que es un excelente docente –aunque hay que decir que me estresa x3- y el Dr. Dan Martínez en preparto, que lamento haber tenido sólo 1 de 3 semanas con él… porque explicaba demasiado bien las cosas!! Y de ahí gine onco… donde había que estar en cirugías de 5 horas… y ahí comprendí que cirugía claramente no era para mí… y menos lo oncológico… es demasiado triste el cáncer… ver cómo hagas lo que hagas la aplanadora pasa sobre ti aunque hagas lo imposible… en verdad me dolía la guata cuando abrían a las pacientes y estaba todo tan diseminado que las cerraban y eso sería todo… es terrible!!! Pero qué puedo hacer yo? Nada… y las cesáreas!!!!!!!!!!! Qué operación más fomeeee…De gine general… fue no más… lo más entrete eran los SOP y el estudio de infertilidad –todo lo que tuviera hormonas- o bien haciendo anamnesis largas y encontrando TSH >10 o TSH suprimidas que contraindicaban las cirugías electivas, jajajaaja… Lo más descompensante fueron los turnos… no soportaba estar 24 hrs ahí… y bueno nunca enganché ni nada… pero quién dijo que las cosas tenían que ser fáciles? y por todos es sabido que me eché el examen inicialmente, y que por secretaría pasé… siendo esos –junto a otros factores agregados- los momentos más oscuros de este año, y del internado… pero gracias a Dios, a mi familia y mis amigos pude levantarme y seguir adelante.

La jugada matemática fue la correcta, porque era de esperarse que el caos viniera post gine… así que en medio de los tiempos oscuros partí con los chicos… otorrino – oftalmo – uro – onco, donde la mayor parte del tiempo estuve con Caro O. y Manu… en verdad en los dos primeros, no pesqué nada… porque estaba en otra, sin embargo, pude recuperarme parcialmente, pero en uro me sentí mejor, poco a poco empecé a recobrar la normalidad… y en junio partió mi internado rural en Zapallar, con Fernando, que fue una experiencia excelente, liberadora… que me sirvió para dejar atrás todas las malas experiencias y darme cuenta que los niños te entregan mucho… conocí gente maravillosa, muy acogedora y logré cerrar varios capítulos inconclusos de mi vida, y bueno… me relajé, logré paz y volví a sonreír otra vez..

Y con todas las pilas del mundo entré a pediatría en el fricke, con harto susto todos… por las referencias de nuestros compañeros anteriores, así que tapados en miedo y estudiando desde el primer día… pero todo fue lindo, un agrado los niños, especialmente desde el mes hasta los 10 años… el personal del servicio de pediatría un 7, acogiéndonos desde el primer día… lo que se agradece infinitamente. El Dr. Tapia y el Dr. Cisterna excelentes docentes. Ahí imposible no mencionar a Alexandra, que nos acompañó durante toda la pasada, la fan de Harry Potter, que siempre me acompañaba en las residencias… y que cada día crecía más y tenía que mirarla hacia arriba xD!. De los turnos, tuve la suerte de quedar –por azar- en el de la Dra. Arriaza, endocrino pediatra… así que aprendí haaarto! Me llevaba material endocrino para leer y me contaba de sus pacientitos, incluso un día fui a su poli, que me encantó. También la Dra. Carmona y el Dr. Pulgar, que me explicaban muchas cosas! Y todos los profes, súper docentes, siempre dispuestos a resolver todas tus dudas… dedicando gran parte de su tiempo a la docencia, lo que obviamente nos motiva muchísimo más a estudiar. Y los resultados, los mejores! En un grupo que se acopló de forma casi perfecta para sobrellevar juntos las últimas 15 semanas de carrera.

Sin duda, fueron dos años intensos, donde experimenté muchas cosas: miedo – compasión – satisfacción – alegría – amor – desamor – esperanza – desesperanza – diversión – compañerismo – ternura – angustia – cansancio… y muchas otras emociones y sentimientos… dos años que tuvieron de todo… donde aprendí muchas cosas, conocí a mucha gente, tanto del personal de cada uno de los servicios donde me tocó trabajar, como de pacientes, gracias a los cuales, aprendí patologías y cosas de la vida… encontré nuevos y grandes amigos entre mis compañeros de años, el reencuentro con otros, separaciones dolorosas también, pero muchas personas que en el futuro recordaré y agradeceré por haberme acompañado en estos dos hermosos años de mi vida que en este momento marcan el fin de una etapa, pero que delimitan el comienzo de otra.

GRACIAS TOTALES